Luz Rodríguez 18/09/13 Esta semana, en Granada, con motivo del ICN se está hablando mucho de nutrición, principalmente desde un punto de vista científico y también empresarial. Pero hay un aspecto que también está presente en este importante evento que es su faceta más humanitaria.
En la tercera planta del Palacio de Congresos, en una esquina, se encuentra ubicado el stand de Nutrición Sin Fronteras (NSF), una ONG que tiene como misión principal contribuir a la disminución de las desigualdades en materia nutricional en el mundo. En 2005, en Barcelona, un grupo de nutricionistas se plantearon trabajar para disminuir las desigualdades que existen en el mundo en el ámbito nutricional. "Cuando empezamos en 2005 - explica Mercè Vidal, directora de Nutrición Sin Fronteras - España era un país receptor de inmigrantes que venían de zonas donde había necesidad nutricional y de alimentos. Nuestra idea era fomentar el traspaso a la vuelta, que esas personas pudieran formarse y no necesitar tener que emigrar. Empezamos la cooperación internacional en Gambia a petición del departamento de Inmigración de la Generalitat de Cataluña con un proyecto de seguridad alimentaria para población materno-infantil".
Tras años dedicada a la docencia como especialista en Nutrición, Mercè dio el salto a la cooperación internacional. Lleva ocho años trabajando en la asociación. En este tiempo su compromiso con los más desfavorecido se ha convertido en una prioridad "el tema de la alimentación es muy serio. En el mundo hay para todos y lo que está, en estos momentos, es mal repartido. Lo que hay que hacer es trabajar para que todo el mundo tenga acceso porque la alimentación es un derecho universal". La asociación tiene proyectos en Gambia, Uruguay, Paraguay y Argentina y en estos últimos años, por motivo de la crisis, ha visto como la situación, en materia de nutrición, ha ido empeorado, no sólo en los países en vía de desarrollo sino que la intervención es necesaria mucho más cerca, en la propia Barcelona. "Ahora vemos que está aquí, vemos que esto no está funcionando nada bien, que está fatal la situación que tenemos. Además, las asociaciones, tenemos graves problemas para poder mantenernos. Ahora es difícil poder sensibilizar sobre Gambia a personas que están aquí, en Barcelona, que tampoco lo están pasando nada bien. Yo creo que esto va mal. La distancia entre los poderes adquisitivos de las personas tiene que ser mucho menor de lo que es actualmente. Algo debemos de cambiar".
En junio de este año los medios de comunicación se hacían eco de un dato estremecedor. El Ayuntamiento de Barcelona detectó, a raíz de una consulta a los centros escolares de la capital, que había 2.865 casos de niños malnutridos. "Hay malnutrición tanto por defecto como por exceso de nutrientes y es verdad que la crisis ha agravado esta situación y también la pobreza. La gente que no trabaja y no tiene un sueldo no puede comprar los alimentos que debería". En Nutrición Sin Fronteras hacía tiempo que venían trabajando en poner en marcha una idea para evitar el desperdicio de comida cocinada, así nació el proyecto en red "Barcelona comparte su comida", en la que recogen alimentos cocinados de excedentes de los hoteles de cuatro y cinco estrellas de la ciudad y lo distribuyen, en camiones isotérmicos, a los comedores sociales. Empezaron hace un año como un proyecto piloto que ha repartido más de 30.000 comidas en 14 centros beneficiarios de barrios de la capital catalana. "Ante la actual necesidad de alimentos de los comederos sociales, nuestro proyecto ha sido recibido como anillo al dedo. Ha tenido muy buena acogida porque recogemos alimentos de muy buena calidad y en un estado de seguridad alimentaria óptima. No se tira, ni se desperdicia y, además, hace falta". También cuentan con donaciones de alimentos sin caducar por parte de varias empresas. "Todo el mundo sabe la situación que hay y colaboran. Los hoteles arriman el hombro. Son conscientes de lo que está pasando y ponen un poquito más para que nos llevemos. Son solidarios".
Formación en nutrición
Uno de los objetivos prioritarios de NSF es el co-desarrollo y la formación. "Hay que formar a la gente para que puedan salir de la pobreza y que ellos mismos puedan generar su riqueza. Intentamos trabajar con alimentos autóctonos del país. Trabajamos en las comunidades con los huertos, fomentando el cultivo de alimentos autóctonos, acilitando semillas y aperos y también con lo que ellos necesiten para echar adelante".
En Gambia ha puesto en marcha con un centro de recuperación y educación nutricional en el que atienden a madres y a niños desnutridos. Los beneficiarios de este años son 31.625, de los cuales 16.000 son mujeres y 14.000 son niños de 3 a 5 años. Para Mercé "esta es una labor importante en la cual se capacita a las personas para que ellos mismo se hagan cargo de la situación. En el centro de recuperación nutricional, en estos momentos, solo tenemos dos voluntarias nutricionistas, el director es ya un nutricionista del país y tenemos once trabajadores locales. Estamos trabajando junto con el ministerio de salud de Gambia y estamos integrados dentro del mismo sistema".
En Latinoamérica, la asociación es la entidad encargada de una intervención nutricional para el programa "Piecitos colorados"de la Fundación Prosegur. Su objetivo es que el estado nutricional de los niños/as adheridas al programa mejore a través de la formación del profesorado, las familias y los propios menores, así como la puesta en marcha de estrategias que garanticen la correcta alimentación de estos niños y niñas.