"LA REALIDAD ES QUE LA CIUDADANÍA BUSCA INFORMACIÓN EN INTERNET Y LO QUE TENEMOS QUE HACER ES QUE ESA INFORMACIÓN QUE ENCUENTRA Y RECIBE SEA LA MÁS ADECUADA POSIBLE" Joan Carles March. Director de la Escuela Andaluza de Salud Pública
Luz Rodríguez / Ciencia en Granada Médico, docente, alumno, consultor, investigador, divulgador, comunicador, bloguero, twittero, articulista, padre de familia numerosa...Joan Carlos March (Mallorca,1960) es un hombre con muchos intereses e inquietudes. Recientemente acaba de sumar una faceta más en su vida, la de director de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), institución a la que lleva vinculado unos veinticinco años, los mismo que hace que llegó a Granada. No tenía claro si estudiar Periodismo, Ingeniería de Caminos o Medicina, al final se decidió por el ámbito sanitario. Ha encontrado en las redes sociales el medio ideal para fomentar una de sus pasiones, la comunicación, "las redes sociales me han acercado a gente que yo no conocía, al conocimientos de una forma más rápida". Disfruta con su trabajo. Le encanta enseñar, "disfruto dando clases, me lo paso bien, me gusta el contacto con los alumnos". Le gusta compartir ideas, pasar tiempo con sus hijos, leer, el campo y el vino. Una de sus principales preocupaciones es fomentar el intercambio de conocimiento e información entre los profesionales sanitarios y los pacientes. Joan Carles (@joancmarch) habla con "Ciencia en Granada" sobre pacientes activos, profesionales satisfechos, de una sanidad más humanizada que sepa dar respuesta a las necesidades actuales de la sociedad y del uso de las redes sociales para intercambiar y compartir conocimientos.
- Comienza una nueva etapa como director de la EASP, una institución que acaba de cumplir 30 años ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta?
La Escuela tienen muchos retos por delante. Tiene que ser una institución que genere conocimiento en un momento donde las redes sociales e Internet ha generado un mundo de intercambio de conocimientos importante. En este mundo de compartir la Escuela tiene que adaptarse. El campo de la salud pública y de la gestión de servicios necesita adaptarse a este entorno y la Escuela, que es una institución que genera y gestiona conocimiento tiene que ayudar a este reto.
- ¿Cómo tiene que ser esta adaptación?
Tienen que adaptarse en determinar cuál es la formación que se debe dar hoy en día. La Escuela hace una apuesta muy importante por la formación virtual, pero nosotros no pretendemos tener un modelo sólo basado en lo virtual. Tenemos que plantearnos cuál es la docencia más adecuada, qué tipo de apoyo tiene que dar una institución como esta a los servicios sanitarios y a la salud pública.
Un segundo reto muy importante es que la EASP tiene que adaptarse a la ciudadanía. La escuela produce ciencia. Tiene un conjunto importante de investigadores. En ese sentido, en el de la producción de la ciencia, tiene que ayudar a acercarla a la ciudadanía. Normalmente los ciudadanos se informan en Internet. Seis de cada diez buscan en Internet sobre enfermedades, medicamentos, estilos de vida...Es fundamental que la Escuela pueda ayudar a ese mayor conocimiento de la ciudadanía, tanto en datos sobre enfermedades, de estilos de vida o de medicamentos. Hacerlo a través de diferentes proyectos ya sea la escuela de pacientes, el centro de andaluz de medicamentos, el registro de cáncer u otros proyectos de la Escuela, tiene que ayudar a esa conexión con la ciudadanía. Incluso con otras instituciones como puede ser la Fundación Descubre. Divulgar la ciencia, ayudar y aportar elementos que pueden servir para mejorar ese conocimiento de la ciudadanía. La realidad es que la ciudadanía busca información y lo que hay que hacer es que esa información que encuentra y recibe sea la más adecuada y fiable.
- ¿Y en el contexto internacional en el que trabaja la escuela?
También tiene que producirse una adaptación. Trabajamos tres ejes: Europa, Latinoamérica y Norte de África. Estamos en Europa y es un elemento clave colaborar con otros países para poder avanzar. En Latinoamérica, la Escuela tiene mucha presencia. Aquí vienen grupos procedentes de distintos países latinoamericanos. Colaboramos con Brasil, Argentina, Chile, Paraguay, Colombia, etc. El Norte de África, por la cercanía, lo vemos como un eje que tenemos que cuidar y pensar de que manera podemos acercarnos a ellos. El carácter internacional de la EASP es un elemento fundamental. La Escuela es centro colaborador de la OMS y eso nos conecta con muchos países, con muchos entornos y estamos trabajando en reforzar esta colaboración. Nos interesa que la ciudadanía reciba de la mejor manera el conocimiento existente, no sólo el que genera la Escuela, sino también del entorno internacional como centro colaborador.
- Actualmente la salud pública española y andaluza tiene varios frentes abiertos...
Un debate de actualidad es el caso de la hepatitis C. La Escuela tiene profesionales que trabajan en el campo de los medicamentos, profesionales que abordan el tema de la farmacoeconomía, los costes, los nuevos medicamentos y no sólo para el caso de la Hepatitis C, puede pasar con otras enfermedades. La Escuela tiene que ayudar, adelantarse a plantear aspectos que me parecen fundamentales. A mí me interesa una escuela muy cercana a los problemas de la sociedad, no podemos estar fuera. De hecho en el caso de la hepatitis una de las dos cosas que hice fue trabajar con un hepatólogo andaluz, con preguntas de pacientes. Además, ayudamos para que las autoridades sanitarias andaluzas pudieran tener información sobre qué pasa en otros países, qué medidas se podrían adoptar. Lo hemos abordado dando sugerencias a los servicios sanitarios e información a la ciudadanía.
- ¿Y en el caso de una situación de respuesta sanitaria inmediata como la que se planteó con el ébola?
En la Escuela no tenemos ningún experto en ébola pero sí trabajamos con una red. La EASP es una institución que trabaja mucho en red, en red de formadores y de ciudadanos. En ese conjunto de gente es fundamental pensar que la Escuela tiene que estar ahí, sea directa o indirectamente, sea favoreciendo espacios de debate o sea porque tiene contenidos a aportar por el conocimiento de sus experto en enfermedades infecciosas y contar con gente que está colaborando con la escuela que sí conoce la enfermedad.
LO IMPORTANTE ES COMUNICAR
- Uno de sus proyectos más exitosos es la Escuela de Pacientes ¿Cómo nació esta iniciativa?
La Consejería de Salud, hace seis año, adoptó un planteamiento de generar la Escuela de Pacientes en Andalucía y que la gestionara la EASP. La Escuela tiene un papel impulsor a nivel de toda España en el tema del paciente experto, del paciente activo. Nosotros desde la Escuela hemos organizado la primera conferencia nacional del paciente activo. Ayudamos a la segunda que se hace en este momento. Hemos presidido la Red de Escuelas de Salud para ciudadanos a nivel de toda España. Hemos hablado en foros buscando una presencia activa. Tenemos un peso importante en redes sociales con más de 15.000 seguidores en twitter. Yo creo que esta apuesta de la Escuela de Pacientes tiene que ser complementaria a otras.
- ¿Con cuáles?
La gente busca en Internet sobre tres elementos importantes: estilos de vida, enfermedades y medicamentos. La Escuela de Pacientes aborda sólo un aspecto. Probablemente una de las apuestas actualmente sea poder ayudar a hacer una información más accesible para los ciudadanos en todos los aspectos. En temas como los estilos de vida que es fundamental y también en el tema de los medicamentos donde la gente busca mucha información.
- ¿Cómo es recibido el paciente que quiere estar más informado y participar más activamente entre los profesionales sanitarios?
Uno de los aspectos en los que trabaja la Escuela de Pacientes y la EASP en su conjunto es el de la idea de cómo trabajar con los profesionales para ver qué puede aportar cada uno de ellos, médico y paciente. Antes decía que la palabra clave era compartir, en este caso es colaborar. Cómo trabajar con profesionales, de qué te encargas tu, de qué se puede encargar un paciente formado, un paciente experto....La clave es que esa formación e información sea complementaria, es decir, hay cosas que llegan mejor a un paciente desde alguien que haya pasado por una historia parecida y por otro lado hay elementos que el paciente no debería tocar porque no es su espacio.
-¿Cómo se está abordando esa relación bidireccional entre médico-paciente?¿Cómo repercute en el paciente este modelo?
En estos momentos desde la dirección de la Escuela de Pacientes se está trabajando en esa complementariedad, qué aspectos toca cada uno. Estamos trabajando en esa idea de cómo nos repartimos el trabajo, pensando en que nadie quiere sustituir a nadie sino que la clave es uno y otro. Poder ayudar a que el paciente reciba mejores cuidado y mejores servicios y por un tema de eficacia, de resultados. Los pacientes activos van menos a urgencias o al médico de cabecera, valoran que tiene una mejor salud, una mejor calidad de vida, además se siente más capaces para poder entender síntomas, para poder tomar decisiones con respecto a su salud y por lo tanto poder seguir mejor los consejos y tratamientos, hacerlo de forma más adecuada.
- La clave está entonces en la formación.
Sí, con dos vertiente, por un lado la de la formación del paciente porque hablan en el mismo lenguaje y por otra porque esa formación es complementaria y no contradictoria con lo que aporta el profesional y en eso hay que trabajar mucho, no es un tema resuelto. También creo que es fundamental entender el contexto en el que estamos actualmente donde la información está al alcance de todos. Pongo un ejemplo. Puedo entrar en una página donde me digan que el alpiste es bueno para cuidar la diabetes, esto es real, hay una Web que lo afirma y esto no es así. Si pacientes formados y profesionales ayudan a otros pacientes a entender la información, a buscar en mejores páginas pues será mucho mejor para ellos.
- Y en el caso de los profesionales sanitarios ¿también hay que trabajar en ese sentido, en mejorar la comunicación entre ellos?
Nosotros tenemos una línea de trabajo que culminó en la edición de un libro, "Equipos con emoción", en la que hemos intentado conocer qué pasa en los equipos de trabajo, en los equipos de un centro de salud, de un servicio clínico de un hospital, para ver que los profesionales cuanto mejor trabajan en equipo, mejores resultados tienen de cara a la satisfacción del paciente, a la mejora de los resultados de sus actividades. Trabajar en eso me parece esencial.
- ¿Cómo lo hace la EASP?
Nosotros trabajamos en varias líneas. Uno, fortalecer el liderazgo de los jefes, un liderazgo con corazón, cercano, que tiene en cuenta a las personas. Dos, tener en cuenta que los profesionales necesitan sentir que su trabajo es reconocido, que tiene un valor, y tres, que eso se tiene que hacer en un entorno en el cual las relaciones interpersonales tienen que ayudar, no dificultar el trabajo de los equipos. No es necesario que sean amigos sino que se respeten. Un elemento importante, los proyectos de los equipos tienen que estar basados en la participación profesional.
- ¿Cómo repercute esto en la atención al ciudadano?
En Andalucía se ha avanzado mucho en el hecho de generar servicios clínicos más pequeños con una gestión propia. Esto ha ayudado a que los equipos trabajen mejor. Muchas veces no es un problema de la acción sino de la comunicación. No es de la atención recibida sino de la información que se da, por lo tanto, cuanto más trabajemos eso mucho mejor.
En segundo lugar hay un elemento en el que la sociedad está avanzando y es que el paciente cada vez tiene más información y formación. Tenemos que trabajar mejor con los pacientes en esa toma de decisiones compartidas, de qué información necesita el otro para tomar decisiones, cómo puedo ayudar...Todo ese proceso ayuda a un mejor uso de esos servicios, a una mejora de adherencia a los consejos que dan los centros. Los servicios sanitarios tienen que avanzar en orientar mejor los servicios a la ciudadanía. Muchas veces se nos llena la boca al hablar del ciudadano pero luego la realidad es que trabajamos poco de cara al ciudadano. Hay que trabajar con el ciudadano y no sin él. El "para" tiene que ser "con". Tenemos que hacer un esfuerzo de adaptación a la realidad, cada vez más el ciudadano que no quiere ser un número, no quiere que se le trate de una forma paternalista. Para ello los servicios sanitarios tienen que orientarse. Yo creo que hay un esfuerzo, sobre todo en este momento del Servicio Andaluz de Salud, para poner al servicio del ciudadano la mejor tecnología y las mejores prácticas basadas en la evidencia científica. Trabajar de cara a los resultados en Salud es un elemento fundamental.
UNA VOCACIÓN E INFINIDAD DE INTERESES
- ¿Como nació su vocación?
No tengo nadie en mi familia que estudiara Medicina. Soy culo inquieto. Me gusta saber de muchas cosas. Cuando estaba a punto de entrar en la universidad me plantee que quería estudiar Periodismo, Medicina o Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. Mis intereses son muy diversos, siempre lo han sido. Creo que me ayudó un poco algunos de mis profesores que me orientaron hacia la Medicina. También por mi madre. Ella leía mucho sobre temas de salud y eso me influyó. Me dediqué al mundo de las salud pública al final porque, a pesar de estudiar medicina, a pesar de gustarme mucho la relación médico-paciente, siempre me gustó ese esfuerzo de la comunicación con la gente. Empecé una cosa con escolares y al mismo tiempo daba clases en enfermería, colaboraba con RNE en temas de salud... Todo formaba parte de ese conjunto de intereses y eso se refleja en mi trayectoria profesional. Acabo de publicar un libro sobre liderazgo muy ligado al elemento directivo y al mismo tiempo he sido el investigador principal de un proyecto sobre heroína en Andalucía...Cosas muy diversas...Trabajando en la Escuela de Pacientes por la importancia de formar e informar a los pacientes. Otras de mis líneas de trabajo es la de la comunicación, se refleja en eso el gusto por el periodismo.
A mí me gusta todo...Disfruto con el trabajo y eso hace que a cualquier cosa le busques la manera de que te haga sentir bien. Ahora soy director. Intento hacerlo lo mejor posible, pasármelo bien, disfrutar a pesar a que es un cargo diferente, tienes responsabilidades diferentes pero la clave es poder disfrutar del trabajo, sentirte a gusto, disfrutar con la gente, hablar con todo el mundo...Me parece que eso es lo que hace crecer a las instituciones y crecer yo personal y profesionalmente.
- ¿Y cómo es su relación con las nuevas herramientas de comunicación actuales?
Soy muy activo en las redes sociales lo que refleja la importancia que para mí tiene la comunicación. En el fondo hay mucho de comunicación, de compartir. Por eso colaboro en muchos medios, escribo, con esa idea de acercar la ciencia, la salud, a los profesionales, a los ciudadanos. Yo disfruto dando clases, me lo paso bien, me gusta el contacto con los alumnos, me parece un elemento comunicador. Cuelgo mis presentaciones, tengo varios blogs, de alguna forma refleja mi necesidad de comunicar y compartir. Gracias a la redes sociales me entero rápidamente de más cosas. Me han acercado a gente que yo no conocía, a conocimientos de una forma más rápida. Poder compartir información entre nosotros y hacia el exterior. A mi esto me ha aportado mucho profesionalmente, por tanto la Escuela tiene que saber y utilizar eso y no solo la escuela, sino también los servicios de salud. Tienen que entender que el mundo ha cambiado porque la relación de la ciudadanía con las instituciones ha cambiado. Un ejemplo, el ébola no hubiera sido igual hace diez años atrás. Ahora nos enteramos de más cosas. La información llega más rápido, hay que estar pendientes no sólo de lo que se dice. Por ejemplo, en el caso del ébola, abrir una cuenta de twitter cuando ya hacía tanto tiempo que se hablaba de la enfermedad demuestra la poca capacidad de reacción que tienen las instituciones ante esta problemática porque la gente busca en Internet, busca información y la pone en circulación. Por tanto es necesario que estemos pendientes de eso, si no nos equivocamos. La cuenta que se hizo desde el gobierno de España salió tarde y desde mi punto de vista con una equivocación, pequeña eso sí, y es que no seguía prácticamente a nadie. Por lo tanto si a ti sólo te interesa informar, no tienes la mentalidad de compartir información y eso es fundamental. Forma parte del cambio. Estamos en un cambio de época y eso necesita otras formas de hacer y creo que la Escuela tiene que adaptarse a este nuevo panorama.
PERFIL
JOAN CARLES MARCH CERDÁ
Diplomado en Sanidad por la Escuela Nacional de Sanidad y diplomado en Estadística por la Universidad Autónoma de Barcelona, es Master en Salud Pública y Administración Sanitaria y Médico Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.
March Cerdá ha sido el primer presidente del comité de gestión de la Red de Escuelas de Salud para la Ciudadanía del Ministerio de Sanidad, Igualdad y Servicios Sociales. Es investigador responsable del grupo de Salud Pública en lo Profesional y lo Ciudadano, del Instituto de Investigación Biosanitaria (ibs.GRANADA) también es miembro del CIBER de Epidemiología y Salud Pública.
Sus áreas de trabajo han estado centradas en Promoción de Salud y Salud Pública, donde fue director para Europa de la Unión Internacional de Promoción y Educación para la Salud (1999-2001). En el campo de la investigación ha sido coordinador de Investigación de la Escuela Andaluza de Salud Pública (1996-2001), impulsor e investigador principal del Programa Experimental de Prescripción de estupefacientes de Andalucía (PEPSA), tercer proyecto que se realizó en el mundo sobre la materia y donde se utilizaba la heroína como medicamento.
Ha sido evaluador del Fondo de Investigaciones Sanitarias y de diversas publicaciones y revistas nacionales e internacionales, cuenta en su haber con más de 150 artículos en revistas nacionales e internacionales. Es autor del libro ‘Liderar con corazón’ y del estudio CLIMAP, clima emocional en atención primaria.
Ha sido consultor en proyectos de la Unión Europea, asesor de la Organización Panamericana de la Salud, de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Nacional de Transplantes.